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Club de Planeadores Los Caranchos

Aeródromo:  Ruta Provincial C-45  -  ALTA GRACIA  -  Departamento Santa María  -  Provincia de Córdoba  - República Argentina


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MANUAL DE PILOTOS REMOLCADORES

Parte I – Responsabilidad del piloto remolcador

La responsabilidad del piloto remolcador es fundamental para que una actividad de vuelo se realice con seguridad y con éxito. Es él el directo responsable de la forma como se realiza el remolque, para lo cual “vivirá el problema del piloto de planeador”, por lo tanto sería condición ideal que el remolcador tenga el título habilitante de piloto de planeadores.
Durante las actividades de vuelo, recibirá las instrucciones que correspondan al desarrollo del tema del día, del Instructor de Vuelo, debiendo acatar estrictamente las instrucciones que se dicten.
Si el piloto remolcador notara cualquier anormalidad en el desarrollo de las actividades ya sea en el vuelo o en tierra, comunicará las mismas al instructor de vuelo.
Recalcar la “RESPONSABILIDAD” que tiene el piloto remolcador sería una tarea larga, por lo mismo se aduce el que es factor primordial una correcta evaluación del criterio en el piloto remolcador.
El piloto remolcador NUNCA abandona el planeador en cualquier emergencia o situación de duda que se le presente, esto es importante en especial cuando efectúa remolques con los alumnos que realizan sus primeros vuelos “SOLOS”.
Una correcta apreciación de la emergencia y el agotamiento de todos los recursos para subsanarla serán la preocupación constante, es decir que antes de desprender el planeador, se agotará todas las medidas con el objeto de ubicar al planeador en posición tal que le permita el aterrizaje en el aeródromo o en un terreno apto para tal fin.
En todo momento se limitara a su tarea de remolque, si por cualquier circunstancia la posición del planeador es incorrecta o advierte alguna anormalidad previo al despegue hará las indicaciones al alumno o al piloto que se desempeña como “fichero”, si es necesario accionar el gancho disparados del avión.

Parte II – Aviones de remolque

Es necesario que el piloto remolcador tenga un conocimiento exacto del avión que utiliza como asimismo los márgenes de utilización de su avión para el remolque del planeador.
Asimismo conocerá perfectamente la relación peso - potencia que debe existir entre un avión y el planeador para que el vuelo sea seguro, los aviones de remolque deberán tener como cualidad fundamental gran velocidad ascensional y aptitud para el vuelo lento, a fin de adecuarse a la velocidad de crucero de los planeadores. La potencia ideal esta entre los 200 y 150 HP, con una velocidad indicada de 120 km./h y un régimen de ascenso de 2 a 3,5 m/s .
Además de la potencia es condición necesaria que la visibilidad frontal y posterior sea buena, con el objeto de poder observar al planeador , ya sea dándose vuelta o por medio del espejo retrovisor; es condición también que la ubicación de la cabina sea tal que se permita al piloto efectuar señales al planeador.
Exigirá al adecuado mantenimiento y presentación del avión remolcador por parte del mecánico de mantenimiento; en la inspección exterior controlara siempre que la estructura del fuselaje este en condiciones normales como así mismo el gancho disparador.

Parte III – Conocimiento del margen de utilización de los planeadores

Es necesario que el piloto remolcador tenga pleno conocimiento de las características de los planeadores a remolcar para ello debe considerar que los planeadores al igual que los aviones tienen una velocidad máxima de vuelo. Por ello el piloto remolcador es quien debe impedir que se alcancen los valores limites establecidos para cada planeador.
En el vuelo remolcado debe tener presente que por efectos de la posición anormal en que se coloca el planeador arrastrado por la soga, para poder seguir correctamente al avión remolque, los esfuerzos estructurales son mucho mayor que los esfuerzos de un planeador en vuelo librado.
Otro factor importante a tener presente son las limitaciones del fabricante para el vuelo remolcado en aire turbulento; estas especificaciones son importantes y deben ser respetadas al máximo, por ello debe tener perfectamente claro los distintos márgenes de utilización de planeadores para adecuar en el vuelo remolcado una correcta y segura velocidad.

Parte IV – Posibilidad de maniobra de los planeadores en vuelo remolcado

Un planeador puede en vuelo librado ejecutar las mismas maniobras que realiza un avión, pero por la diferencia aerodinámica y de peso que existen entre uno y otro, las velocidades y los radios de viraje serán distintos para la ejecución de una misma maniobra. Para ello, para seguir la trayectoria de remolque el planeador debe maniobrar a veces en forma distinta.
El piloto del planeador debe estar atento a las maniobras que pueda realizar el avión remolque, este a su vez debe realizar los virajes en forma suave pero progresiva, lo que alertará al piloto del planeador.
En los planeadores modernos la posibilidad de maniobras en situaciones que podríamos denominar criticas, se presentan solamente en el despegue, por ello debe buscarse siempre que las mismas sean realizadas con el planeador perfectamente orientado, con la proa en la misma dirección que el avión remolque y también con relación al viento.

Parte V – Tipo de remolque

Remolque Simple

Se llama remolque simple cuando el avión remolca un solo planeador.
Esta clase de remolque es el más sencillo, durante el mismo, el planeador sigue la trayectoria del avión de remolque, volando un poco mas alto que aquel. La posición ideal varia de acuerdo al tipo del avión remolque, se debe cuidar siempre el detalle de no volar muy arriba porque ello impide que el avión tome la correcta velocidad ascensional, en caso contrario, si se queda abajo del avión entrará dentro de la turbulencia de la hélice, situación que puede colocar al planeador en una actitud anormal llegando hasta un descontrol del mismo.
Se utiliza para esta clase de remolque una cuerda que varía entre los 50 y 80 metros de longitud, durante el vuelo se pueden efectuar distintas maniobras como ser, virajes suaves, escarpados, ochos, etc.
El procedimiento para el remolque simple consiste en lo siguiente :
Una vez que los ayudantes engancharon el planeador al avión, mediante el uso del espejo retrovisor o dándose vuelta se estira la soga carreteando el avión a paso lento a la vez que se ubica en la correcta posición para el despegue, es decir que el avión aparte de enfrentar al viento, debe estar colocado en la prolongación del eje longitudinal avión –planeador.
Si estirando la soga resulta imposible colocarse en la posición correcta, el piloto remolcador desprende y maniobra libremente hasta colocarse en la posición correcta pero más cerca al planeador para facilitar su posterior enganche. Posteriormente procede como el caso anterior, estira la soga rodando lentamente.
El piloto remolcador debe evitar siempre el carreteo rápido aunque le falte una considerable distancia para estirar la soga, con esto evita que la soga pueda estar enganchada en alguna rama u objeto o transmitirle al planeador un fuerte tirón, situación peligrosa para el piloto del planeador que puede estar sin los correajes, como también para los ayudantes que pueden encontrarse al lado del planeador en la tarea de alistar el vuelo.
El piloto remolcador siempre antes del despegue se cerciorara personalmente de que todo atrás suyo este en orden, es decir la pista libre de obstáculos, la soga correctamente estirada, el planeador en su misma dirección de despegue, pista libre a su frente, etc. Para lo ultimo, en caso de aviones con mala visibilidad hacia delante en tierra, estirará la soga carreteando en “S”.
La indicación de largada se hará ante la señal del ayudante que se encuentra en la puntera del planeador, para lo cual acelerará lentamente el motor hasta un 100% de su potencia, dejando el timón de profundidad en posición neutra, de esta manera el avión inicia el despegue, levantando lentamente a medida que el planeador y el avión toman velocidad, permitiendo así el despegue con una velocidad mínima que debe ajustarse a los distintos tipos de planeadores remolcados.
Una vez que el remolque se encuentra en el aire, el piloto colocará las revoluciones que correspondan al régimen de crucero tomando altura constantemente y evitando en todo momento sobrepasar las velocidades máximas establecidas para cada planeador.
Alcanzando los 100 metros de altura inicia tráfico normal al circuito del aeródromo y cuya amplitud depende de la altura deseada para el corte.
El piloto remolcador durante su tarea y en especial cuando remolca alumnos o pilotos con poca experiencia evitara siempre el aprovechar una térmica para ascender.
La serie de virajes que se pueden efectuar durante un vuelo remolcado, varía de acuerdo a la zona donde se encuentra o el aeródromo que por razones topográficas, de Circulación Aérea, o por tener un aeródromo en las inmediaciones, harán que el tipo de remolque varíe; lo ideal es hacer el circuito que le permita situar al aeródromo dentro del ángulo de planeo del planeador.
El piloto remolcador evitará en todo momento realizar maniobras bruscas de toda índole, como ser virajes escarpados, ascensos y/o descensos demasiado pronunciados, situación que puede conducir a un desprendimiento prematuro por parte del alumno o piloto.
Efectuado el desprendimiento, el avión iniciará el regreso al campo; previamente, cuando sienta que el planeador ha cortado, se cerciorará mirando por el espejo retrovisor y dándose vuelta, posteriormente reducirá la potencia del motor e iniciará una picada suave a los efectos de alejarse rápidamente del planeador.
El descenso lo efectuará de manera tal que le permita llegar al extremo opuesto de la pista en uso con unos 150 metros en altura sobre la pista, y descendiendo hasta los 100 metros efectuará el lanzamiento de la soga frente al círculo utilizado para el aterrizaje de los planeadores. Cuando realice esta tarea deberá ser en extremo precavido, tratará de localizar a los otros planeadores que se encuentran volando en la zona y evitará, cediéndoles el paso, debiendo recordar siempre que lleva la soga de remolque prendida del fuselaje.
Cuando efectúe el lanzamiento de la soga, deberá hacerlo con la suficiente anticipación para tener la seguridad de que la misma no caerá sobre los planeadores o personal que se encuentre en las inmediaciones. Previo al aterrizaje, deberá tener la certeza de que la misma se ha desprendido, para lo cual recibirá la señal de la bandera a cuadros o la confirmación radioeléctrica.
Si se tratara de un club que, poseyendo sogas de nylon practique la modalidad de aterrizar con la soga enganchada, el Remolcador efectuará el circuito de tráfico normal teniendo la precaución de mantener un margen razonable con los obstáculos en la pierna “final”.

Remolque doble (Con fin de información, si es necesario realizarlo)

Se llama remolque doble cuando el avión remolcador arrastra dos planeadores. Para ello se utilizarán dos cuerdas cuyas longitudes varíen entre los 50 y 80 metros, y deberá existir entre ellas una diferencia de por lo menos 15 metros.
En el remolque doble, los planeadores se ubicarán lateralmente a ambos lados de la prolongación de la línea del eje longitudinal del avión, el piloto deberá pensar que, si bien el comportamiento es similar a un remolque simple, el hecho de tener dos planeadores significará que ninguno de estos dos seguirán exactamente la trayectoria del avión, lo que ocasionará en el despegue algunos tirones por parte de los planeadores que tratarán de acomodarse y de mantener la actitud de despegue mediante la aplicación de todo el timón de dirección, para mantener la separación transversal entre planeador y planeador.
Todas las maniobras que se efectúen en un doble deberán ser suaves, en razón de que el planeador que se encuentre del lado exterior del viraje tendrá más velocidad que el avión, en cambio el planeador del lado interno tendrá menos, situación que incidirá en el avión remolcador, ya que el mismo sentirá sobre sí la acción de dos distintas fuerzas. El decolaje, como dijimos anteriormente, es muy similar al simple, siendo la carrera de despegue mucho mas larga para contrarrestar en forma enérgica cualquier desviación producida por los planeadores.

Remolque triple (con fin de información si es necesario)

Se llama remolque triple cuando el avión arrastra tres planeadores. Para ello se utilizarán tres sogas de remolque cuyas longitudes varíen entre 50 y 80 metros, debiendo existir una deferencia entre cada una de ellas de 15 metros.
En el remolque triple los planeadores se ubicarán de la siguiente manera:
1º) El planeador del centro se colocará en la proyección del eje longitudinal del avión.
2º) Los planeadores de los costados, mantendrán con el del centro una diferencia equivalente a una media envergadura respectivamente.
La diferencia en las longitudes de las cuerdas, de remolque, tienen por finalidad que los planeadores queden escalonados, quedando distribuidas las sogas en forma tal que la más corta corresponda al planeador que se ubica a la derecha y la más larga al planeador de la izquierda.
El piloto remolcador deberá controlar que la largada sea correcta, es decir que el personal encargado de correr las respectivas punteras de alas tenga una mínima experiencia en este tipo de operación: Además deberá exigir que los encargados de la largada de cada uno de los planeadores lo realicen correctamente orientado y sin desviaciones, y que la corrida deberá efectuarse hasta un punto tal en que se note que el planeador ya tiene comando.
Se deberá prescindir de este tipo de remolques con vientos arrachados y con una dirección no mayor de 30º en la pista de despegue.
Las situaciones a presentarse en el despegue serán similares al remolque doble, es decir el clásico tirón de alguno de los planeadores que tratarán de acomodarse y de mantener una correcta actitud de despegue. Todas las maniobras que se efectúen con el material en el aire deberán ser suaves, y los virajes deberán ser amplios. Antes de intentar este tipo de remolque, el remolcador deberá evaluar las características de su avión, la longitud de la pista y posibles obstáculos al fin de la misma, dado que la carrera de despegue será considerablemente mayor que en un remolque simple.

Parte VI - Virajes en remolque

No se pretende disponer aquí una norma fija para la realización de los virajes, sino que se desea establecer un principio general para esta maniobra.
Los virajes se iniciarán en forma suave y progresiva, cuidando que se mantenga uniforme la velocidad y la actitud de vuelo del avión remolcador y deberá buscarse siempre que el indicador de giro y ladeo esté perfectamente centrado para evitar el derrape; para lograr esto, será necesario a veces una exagerada aplicación del timón de dirección en un sentido o en otro, debido a la componente de tracción de la soga de remolque que variará con la posición del planeador.
El piloto remolcador deberá observar continuamente al planeador para ver si este se encuentra en la correcta trayectoria, caso contrario ampliará el viraje hasta que el planeador se haya ubicado en la posición correcta. Esta aclaración es, en especial, para el caso de los alumnos que salen solos o de los pilotos con poca experiencia.
La velocidad del viraje se hallará limitado por distintos factores, como ser tipo de planeador remolcado, tipo de avión remolcador, habilidad del piloto remolcador y del piloto del planeador. En la mayoría de los casos, la máxima inclinación que podrá realizar el avión remolque es de 45º, pasado este valor el vuelo se hará dificultoso por la poca velocidad del avión remolque y también a que el planeador sufrirá la acción de distintas fuerzas que actuarán sobre él.

Parte VII– Remolque nivelado

Parte VIII – Remolque descendente

Este tipo de remolque se efectuará en descenso, como su nombre lo indica, y se realizarán especialmente en los vuelos de navegación. Será una prolongación de la maniobra que se ejecutará del remolque en ascenso a remolque nivelado, es decir que se seguirá reduciendo el motor, lo que como consecuencia traerá una variación en la actitud de vuelo del avión remolcador, hasta alcanzar una suave trayectoria de descenso.
Habrá que tener muy en cuenta el ángulo de descenso del avión, que será distinto al ángulo del planeador, porque el coeficiente de planeo del planeador se pondrá en evidencia inmediatamente, aumentando la velocidad y quedándose paulatinamente más arriba que el avión remolcador. Esto se evitará controlando que el descenso sea tendido, y en donde la velocidad no se incremente de una manera tal que pueda culminar con un desprendimiento forzoso del planeador. Por lo tanto, no reducirá totalmente el acelerador, sino que mantendrá una potencia adecuada para conseguir un ángulo de descenso suave y a la velocidad apropiada para el tipo de planeador que remolca.
El remolcador deberá observar, en forma directa o a través del espejo retrovisor, la forma en que se realizará esta maniobra con el fin de evitar la situación antes comentada; si observara que la soga pandea en forma exagerada, deberá variar suavemente su actitud de descenso a vuelo nivelado hasta observar que la soga se estira, colocando a continuación nuevamente el avión en descenso, pero con una actitud mucho menor, hasta comprobar que el descenso sea correcto. El remolcador recordará que si el planeador está equipado con un gancho tipo “Centro de Gravedad” en una posición muy arriba de su avión, ocasionará la apertura automática del gancho disparador (Deberá trabarse el accionador automático).

Parte IX – Emergencias

Las emergencias en vuelo remolcado no deberán existir por ninguna causa, y si se presentara alguna se entiende que la misma es fruto de la casualidad; si permanentemente se observaran todos los detalles que conduzcan a que el vuelo remolcado sea correcto, las emergencias no se presentarán, por ello se insistirá en que todas las inspecciones deberán ser realizadas en forma periódica y utilizando los “ÍTEM” correspondientes.
Las emergencias más comunes son:
1º) Desprendimiento del planeador en el despegue.
2º) Desprendimiento del avión en el remolque.
3º) Fallas mecánicas en el avión remolcador.
4º) Fallas en el sistema de desenganche del planeador.
5º) Fallas en el sistema de desenganche en el avión remolque.
6º) Fallas en el sistema de desenganche en el avión remolque y planeador.
7º) Vuelos con turbulencia.

Desprendimiento del planeador en el despegue: En el primer caso, cuando se produce el desprendimiento de la soga en el despegue, el piloto remolcador sentirá inmediatamente que la máquina incrementará su velocidad, en una palabra, la sentirá “liviana”, si tiene suficiente pista por delante reducirá motor inmediatamente para volver nuevamente a intentar un nuevo remolque.
Debe recordar siempre que debe cerciorarse de las maniobras que realice, en especial las de emergencia, ya que puede sentir una falsa impresión con las consecuencias del caso; para ello y para evitarlas, deberá utilizar siempre el espejo retrovisor para estar seguro de que hubo un desprendimiento antes de reducir la potencia de su avión.
En el caso del desprendimiento del planeador en el despegue, y cuando el avión remolque esté en el aire, DEBERÁ CONTINUAR SIEMPRE CON LA ACTITUD DE DESPEGUE, REALIZANDO POSTERIORMENTE EL TRANSITO NORMAL Y ATERRIZAJE POSTERIOR. Cuando se produce el desprendimiento del avión remolque, el procedimiento es similar.
En el tercer tipo de emergencia, o sea falla parcial o total de avión remolcador, la situación más grave se producirá cuando se realiza el despegue; para ello, inmediatamente de advertir la falla y ANTES de adoptar cualquier actitud, DEBE SIEMPRE PENSAR EN EL PLANEADOR; como primera medida hará las señales convenidas de emergencia, o sea moverá enérgicamente el timón de dirección para que el planeador corte el remolque; si éste no lo hace o no lo ejecutara inmediatamente, el piloto remolcador procederá a cortar el remolque, adoptando para ello las medidas que su experiencia o juicio le aconsejen para un buen aterrizaje.
Si la falla se presentara estando el avión en el aire procederá como en el caso anterior, con la diferencia de que producido el desenganche del planeador, soltará su soga inmediatamente para aterrizar de emergencia sin ella.
Si el inconveniente se presentara en vuelo y con altura, hará las señales convenidas, y si inmediatamente el planeador no desengancha, soltará el remolque. Si quedara con la soga enganchada, pasará con altura sobre el campo y la soltará, pero NUNCA DEBERÁ ATERRIZAR DE EMERGENCIA CON LA SOGA COLOCADA.
Si por una circunstancia muy fortuita, se produjera una emergencia en la carrera de despegue, como ser una ganada, una pinchadura o un reventón de la cubierta, con decisión y sin pensarlo mucho, cortará el remolque.
En el caso de una falla en el desenganche del planeador, el piloto remolcador conocerá el procedimiento para colocar al mismo con la altura requerida por el Instructor de Vuelo, de acuerdo al tema que se esté cumpliendo; por ello, si el tema estipula 600 metros sobre el campo o en el sector, al llegar a esa altura el piloto observará si el planeador no desengancha. De ser así, seguirá su ascenso suavemente hasta los 700 metros, y a esta altura hará virajes en círculos, y esperará un tiempo determinado tratando de cerciorarse de la novedad que pudiera tener el planeador, si existiera alguna. Si el gancho disparador no accionara, el PLANEADOR MOVERÁ CON INSISTENCIA LOS ALERONES inclinándolo de un lado a otro, y ante esta maniobra el remolcador desenganchará la soga; luego el planeador se dirigirá a la vertical del campo y efectuará el lanzamiento de la soga de remolque, si es que el gancho acciona. Caso contrario, entrará con altura sobre los obstáculos.
En el quinto caso, al no funcionar el sistema de desenganche en el avión remolque, situación que será ADVERTIDA desde tierra mediante las señales estipuladas, el piloto remolcador hará una nueva pasada tratando de desprender la soga.
De no lograrlo, aterrizará con la misma; para ello, deberá considerar en forma muy especial la altura de los obstáculos que se encuentran en la cabecera de pista, con el objeto de evitar que la soga pueda enredarse en alguno de ellos; el aterrizaje lo realizará con bastante altura y con velocidad, esto último en un margen relativo pero de cierta importancia; para el caso de que la soga se enganche en algún arbusto u objeto, la velocidad hará que la soga se corte en el fusible.
Si las dimensiones del campo fueran pequeñas que impidan un aterrizaje como el descrito anteriormente, el procedimiento será el siguiente: a baja velocidad y con el motor PRENDIDO pasará sobre los obstáculos que se encuentren en la cabecera del campo elegido; ello permitirá, por la baja velocidad, que la soga de remolque prácticamente esté colgando, evitando con esto y con la altura que la soga arrastre el menor tiempo posible entre los obstáculos; pasados éstos, cortará motor y con una maniobra de “deslizamiento” efectuará el aterrizaje.
El piloto remolcador deberá comprobar siempre que las sogas utilizadas estén en buenas condiciones de uso y con los fusibles colocados en forma correcta. Si por cualquier circunstancia efectúa el desprendimiento de la soga, deberá hacerlo, en lo posible, en un lugar que posteriormente pueda ser fácilmente identificada a los efectos de la posterior localización de la soga de remolque.
Consideremos ahora el sexto caso, es decir la situación en que ni el planeador ni el avión puedan desenganchar. Efectuadas las señales utilizadas para los correspondientes desenganches, y comprobado por ambas partes la emergencia, el piloto remolcador iniciará un remolque descendente, suave y en espiral sobre el campo, tratando de realizar una final larga que resulte tranquilizadora y cómoda para el piloto del planeador. Una vez sobrepasada la cabecera, debe calcular que el planeador también lo haya traspuesto, y reduciendo suavemente la velocidad tomará contacto con el suelo y dejará correr la máquina hasta detenerse. En NINGÚN caso accionará los frenos, y no deberá olvidar que a sus espaldas tiene el planeador (Se ha practicado esta emergencia sin inconvenientes, en Merlo).
En el séptimo caso se considerará el vuelo con turbulencia; para ello, como primera medida, deberá ser evitado especialmente cuando existan vientos de más de 15 nudos con ráfagas.
En el caso del vuelo local, tal situación se subsanará suspendiéndose el vuelo hasta que el viento amaine; para una travesía y presentándose la turbulencia en vuelo, hay que tratar de volar a una altura intermedia entre la capa de inversión y la turbulencia de la base de las nubes.
Si el movimiento convectivo presentado en vuelo es muy intenso, reducirá la velocidad del avión remolque; y si a pesar de ello se producen tirones violentos debido a las ascendentes o descendentes, lo más apropiado es elegir un terreno apto para el aterrizaje, se efectuarán las señales del caso y se desprenderá el remolque. Se esperará hasta el atardecer donde las corrientes verticales se acentuarán. En el verano se aconseja efectuar los vuelos remolcados durante las primeras horas de la mañana o últimas de la tarde, debido a que las corrientes térmicas serán más fuertes cuando mayor es la irradiación solar.
Evidentemente, la situación variará con el tipo de planeador utilizado. Los planeadores actuales poseen efectivos frenos tanto de aire como en las ruedas, lo que hará que la emergencia pueda realizarse con cierta seguridad.
Para terminar es necesario destacar una advertencia IMPORTANTE: ante una emergencia, el piloto remolcador, para desenganchar deberá cuidar en forma muy especial la tensión de la soga, si ésta es muy intensa puede presentarse el caso de que NO PUEDA DESPRENDER, para lo cual deberá cabrear ligeramente la máquina haciendo que la soga pandee y pueda desprender. Actualmente, se utilizan palancas para accionar los disparadores, los cuales deberán estar sin “desgastes” que provoquen situaciones como las señaladas.

Parte X – Remolques en navegación

Durante el remolque en navegación, se aplica todo lo referente a las distintas partes del remolque alrededor del aeródromo a medida que éstas se presentan, debiéndose operar con más cuidado que durante el vuelo alrededor del aeródromo, dado que un eventual desprendimiento del remolque ocasiona consecuencias mucho más delicadas.
En lo que a la navegación se refiere, lo único que debe tenerse en cuenta es la influencia del viento que es mayor en la menor velocidad del planeador. El mantenimiento del rumbo resulta algo difícil dado que los suaves tirones que inevitablemente se producen, hacen oscilar al avión constantemente sobre su eje vertical.
Durante el remolque a través de campaña, se deberá tener en cuenta que los fenómenos atmosféricos, que en vuelo librado se pueden salvar fácilmente, tales como bajo plafond, mala visibilidad, alto grado de turbulencia, etc., en remolque suelen tornarse hasta peligrosos, especialmente para el planeador.
Durante el vuelo de navegación en remolque, efectuado con todas las medidas de seguridad propias del vuelo libre, difícilmente surgirán inconvenientes mayores. Al elegir la altura de vuelo en navegación, habrá que tener presente que el planeador puede verse obligado, en un momento dado, a desprender el remolque, o bien que la cuerda de remolque se corte, motivo éste que obligará al piloto remolcador a volar a una altura que le permita, al planeador y a él mismo, alcanzar en todo momento un campo apropiado para el aterrizaje. Como se desprende de lo expuesto, uno de los factores que intervendrán en la elección de la altura de remolque es la topografía del terreno a sobrevolar; otro factor de importancia que influirá sobre la altura de vuelo es el movimiento convectivo del aire.
En los días de mucho movimiento vertical, que generalmente se denominan “TURBULENTOS”, deberá el piloto remolcador buscar la zona más tranquila. Es sabido que el límite de estas corrientes verticales está en la capa de inversión, quiere decir que, volando sobre esta capa, encontraremos una relativa calma en lo que a movimientos verticales se refiere. Esta es la solución ideal del problema, pero sucederá también que en esta capa es donde se forman nubes.
Si estas nubes no cubren más de 2 a 3 octavos del cielo, generalmente es posible pasar la capa de inversión sin introducirse en ellas, lo que no es muy conveniente, dado que rápidamente la nubosidad podrá aumentar y cubrirse el cielo totalmente, sin darle tiempo al piloto del avión remolque a situarse nuevamente debajo de las nubes, perdiendo así contacto con el suelo.
Si se presenta esta situación, y a no ser de que se tenga la certeza de que la capa de nube es delgada como para permitir al piloto del planeador ver siempre al avión, no debe intentarse la perforación debido a que el planeador se verá obligado a cortar el remolque, encontrándose así volando por instrumentos en forma obligada. Se debe evitar esta engorrosa situación, en especial para el caso de que el piloto o el planeador no estén en condiciones de vuelo por instrumentos. Además, recordemos que ningún avión remolcador está equipado para navegación radioeléctrica, por lo cual el vuelo sobre capas de 8 octavos debe descartarse por completo. Es preferible sufrir la molestia de algo de turbulencia volando bajo capa que las graves consecuencias que pueden derivar de intentar un tipo de vuelo sin instrumental adecuado.
Como norma general, el remolcador deberá mantenerse SIEMPRE en riguroso vuelo de contacto. Si las condiciones empeoraran, y todo hace suponer que en pocos kilómetros más el plafond será incompatible con la seguridad de vuelo, efectuará un giro de 180º y/o aterrizará hasta que las condiciones mejoren. Tendrá presente que la decisión deberá tomarse ANTES de encontrarse en condiciones críticas por reducción de techo y visibilidad.
Generalmente, si se vuelve atrás se tiene la ventaja de volver a encontrar la zona donde la nubosidad era menor. Si al cabo de un tiempo de búsqueda no se encuentra ningún claro, y antes de que se agote el combustible, el piloto remolcador intentará el aterrizaje perforando las nubes, previo desprendimiento del remolque por el planeador, verificando previamente en su carta de navegación las características topográficas de la zona que sobrevuela.
De todo lo expuesto, llegamos a la conclusión de que no es conveniente volar sobre las nubes, a no ser que exista una razón muy especial que aconseje lo contrario, como ser el cruce de una sierra, etc., y por lo tanto las recomendaciones anteriores se dan con carácter de PROCEDIMIENTO DE EMERGENCIA.

Parte XI – Remolques con despegues en campos desconocidos

El piloto remolcador frecuentemente se ve precisado a realizar búsquedas o rescates de planeadores que han aterrizado fuera del aeródromo o en campos pocos aptos para el aterrizaje o despegue de aviones.
A pesar de que los pilotos de planeadores tienen instrucciones sobre las condiciones que debe reunir el campo para pedir el rescate por medio de un avión, el piloto remolcador deberá reconocer con sumo cuidado su “aeródromo improvisado” antes del aterrizaje. Normalmente se sigue la siguiente norma: el piloto de planeador se coloca en la cabecera de la improvisada pista con las manos en alto y con el cuerpo dirigido hacia el lugar que debe ser la FINAL del aterrizaje y el piloto del avión debe estar atento a esta indicación, por cuanto la misma estará basada en la dirección de viento, indicándole la franja apta para el aterrizaje. En las pasadas de comprobación que realizará a baja altura, deberá verificar la existencia de alambrados, hilos telefónicos, etc.
Previo al despegue, el piloto remolcador deberá recorrer el terreno en la dirección de decolaje para verificar los obstáculos que puedan existir, como ser arbustos, piedras, zanjas, pozos, alambrados, etc., y marcarlos adecuadamente. Tendrá en cuenta la consistencia del terreno, la existencia de pastos altos, terreno arado, etc., situación que hará más larga su carrera de despegue. Tratará por todos los medios de tener el viento bien orientado de frente. Si a su juicio el terreno no reúne las condiciones mínimas de seguridad, no efectuará el despegue, tratando de trasladar el planeador a un terreno más apto para realizar el mismo con seguridad.
Si el campo a utilizar es apto, pero corto para el decolaje, podrá como medida extrema acertar la soga de remolque hasta un mínimo de 20 mts. Luego solicitará al piloto del planeador pleno apoyo en esta tarea, es decir que el planeador tratará de ayudar a tomar velocidad al avión remolque, volando durante el mayor tiempo posible a ras del suelo hasta que el avión despegue, estará atento en emitir las señales de emergencia para que el planeador corte si es que estima que el despegue lo realizará con dificultad o con dudosas posibilidades de éxito. Previo a la carrera de despegue, verificará que la soga esté bien extendida, que no se encuentre personal o animales en la línea de despegue, efectuará el decolaje frenando la máquina y con motor a pleno para lograr abandonar rápidamente el suelo.

Parte XII – Remolque en formación

La técnica del vuelo en formación con remolque, es similar a los remolques normales, la dificultad estribará en las variaciones de velocidades entre una y otra máquina de remolque, por los tirones ocasionados por los planeadores.
La gama de velocidad con la que podrá trabajar el piloto para mantener la formación es muy pequeña, debido a que la velocidad máxima del avión remolque estará limitada por la de los planeadores remolcados, esto se solucionará mediante la realización de virajes por parte del avión guía, quien aumentará o reducirá el radio de viraje para permitir que el avión retrasado pueda alcanzarlo.
Durante el remolque en formación se deberá tener especial cuidado de evitar la acción “chorro” de la hélice de los otros aviones y muy en especial el evitárselo a los planeadores. No debe olvidarse de que a pesar de haber transcurrido un cierto tiempo la turbulencia dura, y se sentirá en forma desagradable sobre el planeador, situación que podrá colocar a éste en una actitud anormal, con el correspondiente desprendimiento del mismo.
En los vuelos de formación el Instructor que regirá las actividades fija la velocidad media del vuelo en forma tal que les permitirá el mantenimiento de la formación. Existirá una tendencia en algunos pilotos remolcadores de pasar el límite de velocidad en el remolque cuando se encuentra algo descolocado en la formación, esto será una práctica que hará que el piloto del planeador muchas veces, para evitar romper la formación, no desprenda el remolque a pesar de encontrarse volando en condiciones críticas de resistencia del planeador.

Parte XIII – Señales con banderas y enlaces con radio

Generalidades: Por la forma peculiar con que se desarrolla la actividad de vuelo con planeadores, surgirá la evidente necesidad de un entendimiento entre el piloto del planeador, piloto remolcador y personal integrante del equipo en tierra.
El uso de la radio hará que estas comunicaciones se faciliten y la utilización de banderas de señales vaya quedando relegada poco a poco. De no disponerse de radio, el uso de los espejos retrovisores agilizará mucho la actividad y hará que la cantidad de ayudantes en el campo sea menor. Hasta tanto se disponga del material de enlace tierra - aire comentado, se darán a conocer todas las señales existentes.
Estas señales se clasifican en dos grupos:
1º) Canal relacionado con la actividad en tierra.
2º) Canal relacionado con la actividad de vuelo.
Canal relacionado con la actividad en tierra.
Para el primer caso se utilizarán tres tipos de banderas: una de tela blanca de 60 x 55 cm. colocada en un asta de 1,50 mts., otra roja de la misma medida y una tercera en cuadros negros y blancos de 1 x 1 mts. también fijadas en un asta de 1,50 mts.
Uso de las banderas:
La bandera blanca se utilizará para efectuar todas las señas al avión.
La bandera roja se utilizará únicamente para situaciones peligrosas, será un llamado de atención para todas las personas que estén en el campo, las cuales deberán tratar de determinar la causa del uso de la bandera comentada para cooperar rápidamente.
La bandera a cuadros se utilizará para transmitir al piloto remolcador las señales que se ejecuten desde la base. También se utilizará la bandera a cuadros para indicar al piloto remolcador si la soga se ha desprendido cuando el avión hace el pasaje de desprendimiento.
Con la bandera blanca se ejecutarán las siguientes señales:
1º) Señal para estirado de cable: El señalero se colocará en la dirección de despegue y a un costado del planeador, y moverá con la mano izquierda la bandera desde la altura del hombro al suelo, y con la mano derecha sostiene la puntera del planeador.
2º) Señal para detener el avión: En la misma posición anterior y una vez estirada la soga, levanta enérgicamente y la deja inmóvil.
3º) Señal para el despegue: El señalero, en la misma posición anterior y a continuación del estirado total de la soga, previa autorización del piloto del planeador, ejecuta movimientos circulares completos y continuados hasta que el planeador comienza a desplazarse.
4º) Señal para desprender la soga: El señalero, en la misma posición, ejecutará los movimientos haciendo pasar la bandera de un lado a otro delante de las piernas.
Con la bandera a cuadros se ejecutarán las siguientes señales:
1º) El señalero se colocará a la altura de la puntera del ala izquierda, y algo adelantado para que el piloto remolcador observe las señales con comodidad, y repite con su bandera las mismas señales que le hacen desde el planeador, como ser estirar, detenerse, decolar, etc. Si a su juicio notara algún inconveniente para el normal despegue, coloca la bandera en alto para que la vea el remolcador.
2º) Para indicar al remolcador que está atento al desprendimiento, levanta la bandera en alto y la mantiene extendida con la ayuda de las manos, cuando pasa el avión y la soga se desprende efectúa con la bandera a cuadros círculos completos sobre su cabeza, cuidando que la bandera esté bien extendida.
3º) Si la soga no se desprende, el señalero permanecerá en la posición de prevención, es decir que la bandera a cuadros deberá estar en alto y perfectamente extendida con la ayuda de las manos. Si el piloto, por cualquier causa no se percatara de la señal de que la soga sigue prendida, recurrirá inmediatamente a la bandera roja para que el piloto advierta la emergencia.
Canal relacionado con la actividad de vuelo
Para el segundo caso, o sea la señal relacionada con la actividad de vuelo, se contemplan dos situaciones:
1º) Del avión al planeador.
2º) Del planeador al avión.
Para el caso del avión al planeador se ejecutan las siguientes señales:
a) Señal de desprender la soga: se efectuarán movimientos enérgicos del timón de dirección.
b) Señal de volar más alto: con el brazo extendido y la palma de la mano hacia arriba se oscilará con el antebrazo indicando hacia arriba.
c) Señal de volar más bajo: con el brazo extendido y la palma hacia abajo se oscilará con el brazo desde la posición horizontal hacia abajo.
Los incisos b) y c) con para el caso de no poseer VHF.
Para el caso del planeador al avión las señales son:
a) Señal de desprendimiento del remolcador: (por fallas en el gancho disparador) el movimiento estipulado es el de ALERONES donde el piloto remolcador observará que el planeador efectuará una serie insistente de oscilaciones como si quisiera coordinar.
b) Señal para reducir la velocidad: Casos se dan en que el piloto remolcador exceda la velocidad límite del planeador; la señal para reducir la velocidad serán movimientos de TIMONES CONTINUADOS de un lado hacia el otro. Para observar esta señal, el piloto remolcador deberá estar atento y mirar periódicamente al planeador, en especial en los vuelos de travesía y con turbulencia.
Para el caso en que se careciera de banderas, un buen sustituto es la utilización de un buen espejo retrovisor; en estos casos el piloto remolcador deberá extremar el cuidado al estirar la soga y cerciorarse bien de la orden de partida dada por el señalero que se encuentra en la puntera del planeador.
Si se debiera efectuar el despegue sin ayudante, es decir con la puntera en el suelo, el estiramiento de la soga lo deberá realizar utilizando el espejo o dándose vuelta, la orden de partida la dará el piloto del planeador moviendo el TIMÓN DE DIRECCIÓN enérgicamente de un lado hacia el otro.

Parte XIV – Elementos para remolque

Sogas de remolque

Las sogas de remolque utilizadas pueden ser de cáñamo, yute, nylon, etc. Con el aveniente del nylon las sogas de este material son excelentes por ser livianas, flexibles y resistentes a los agentes atmosféricos, soportando mejor la acción del arrastre en el suelo permitiendo el aterrizaje con la soga colocada.
En la utilización de las sogas de nylon debe tenerse en cuenta la resistencia al arrastre que soporta, cuyo valor lo da al fabricante. La soga ideal es la de nylon trenzado triple y de diámetro 8 mm.
ADVERTENCIA:
No debe omitirse nunca la colocación de un “fusible” denominativo de una cuerda más delgada que la soga común de remolque y cuya resistencia a la tracción es mucho menor que la soga utilizada para el vuelo, lo que permite ante una emergencia que la misma se corte, evitándose de esta manera un posible accidente.
La longitud de las sogas oscila entre los 40 y 60 metros; para el caso de remolques dobles y triples la longitud varía hasta los 80 metros. En cada extremo tiene un par de argollas de acero entrelazadas entre sí y de distinto diámetro, la menor se coloca aprisionada por el gancho disparador del avión remolque, la argolla mayor está unida a la soga mediante un trenzado adecuado.
Cuando las sogas no se utilizan deberán ser cuidadosamente enrolladas para permitir su posterior extensión sin anudamientos. El piloto remolcador deberá periódicamente revisarlas, en especial las argollas que se ovalizan por efectos de la tracción, lo cual podrá producir un desprendimiento.
Se recomienda que las sogas de remolque de nylon no estén expuestos innecesariamente al sol.
Si por cualquier causa los hilos del trenzado de la soga de remolque se hubieran cortado, para evitar futuros problemas debe cortarse la soga en la zona afectada y unir las mismas mediante un adecuado trenzado de ambas sogas, y deben ser quemados con una llama para evitar la aparición de “flecos”. Debe evitarse siempre la formación de nudos, ya que estos producen la resistencia al avance y además el roce del nudo con el suelo hace que este se deteriore rápidamente.

Gancho disparador

Existen varios tipos de ganchos disparadores, de forma y funcionamiento variable, cualquier tipo que brinde seguridad en su funcionamiento es apto para remolque de planeadores.
Para un adecuado mantenimiento del gancho disparador, tanto en el avión como en el planeador, será necesario que el piloto remolcador periódicamente controle la limpieza y lubricación de los mismos, asimismo verificará el desgaste de ejes, bujes y en ESPECIAL el desgaste del brazo del gancho. Asimismo, controlará en forma cuidadosa el cable de acero que une la palanca de accionamiento con el gancho disparador, verificará que la palanca de accionamiento esté perfectamente tomado al piso del avión a los efectos de no encontrarse con la sorpresa ante una emergencia o por una acción brusca de la palanca, el mismo se desprenda o corte.
El brazo del gancho, o sea, el extremo que retiene la argolla, por norma sufre desgaste, lo mismo que el gancho del planeador, esto produce una serie de inconvenientes como ser desprendimientos en el despegue, en vuelo, etc. Esto se evita rellenando con aceros especiales las zonas gastadas, con lo cual se evitarán situaciones de emergencia como es desprendimiento prematuro del planeador.

Puede encontrar mas material sobre el vuelo remolcado en:
 "Enseñanza de remolque por avión" (por PETER RIEDEL, en el Manual del Vuelo a Vela de W, Hirth)., "Curso teórico de Piloto de Planeador", y en "Remolque por automóvil y torno".
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Última modificación: 26 de Febrero de 2006